Desde generaciones, 75.000 familias de agricultores se dedican al cultivo del olivo. La vida diaria de estas miles de familias gira en torno a un árbol, el olivo, y a su fruto, la aceituna. Estamos presentes en todo el ciclo del olivo, y nos preocupamos cuando hace frío o cuando hace demasiado calor, cuando no llueve, o cuando llueve mucho...

Y cuando llega el momento adecuado cada año, cuando la aceituna alcanza su punto óptimo de maduración, la recogemos con ilusión.

Este es el inicio de todo nuestro sistema de trazabilidad, el momento de la recogida de las aceitunas de nuestros olivos. En todo momento conocemos, controlamos y registramos cada paso del proceso de producción de cada uno de los lotes de aceite de oliva que comercializamos. Cada lotes es singular, único y tiene su propia historia.

Desde el árbol a la botella, nuestra trazabilidad es total.